jueves, noviembre 26, 2015

DOS POSTS SOBRE EL DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS. UNO DE ELLOS DE ESTEBAN FERNÁNDEZ Y OTRO QUE ES LA PROCLAMACIÓN DEL DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS DEL PRESIDENTE ABRAHAM LINCOLN EN 1863

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

He notado que en  las televisoras en idioma español del sur de la Florida se han dado gracias y felicidades por el Día de Acción de Gracias, pero no he oido, hasta ahora, la palabra DIOS ni otra semejante. Debemos respetar  que un ateo o agnóstico  no haga alusión a Dios, pero es extremadamente raro que  no la haya oido en tantos programas, anuncios  y noticieros  que he visto en estos días.
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En este día nacional de dar gracias a Dios, le deseamos muchas bendiciones y felicitaciones. A continuación le ofrecemos el texto de la Proclamación Presidencial de Abraham Lincoln en 1863, institucionalizando la fecha.
Saludos afectuosos,
Julio M. Shiling

Proclamación del Día de Acción de Gracias de Abraham Lincoln 1863


El año que está llegando a su fin ha estado pleno de bendiciones con fértiles campos y benéficos cielos. A estos bienes, que tan constantemente disfrutamos por lo que somos propensos a olvidar la fuente de la que vienen, se han sumado otros que son de una naturaleza tan extraordinaria que inevitablemente penetran y suavizan incluso el corazón habitualmente insensible a la siempre vigilante providencia de Dios Todopoderoso.

En medio de una guerra civil de magnitud y gravedad iniguables que a veces parecía invitar y provocar a la agresión de estados extranjeros, se ha mantenido la paz con todas las naciones, se ha mantenido el orden, se han respetado y obedecido las leyes y la armonía ha prevalecido por doquier excepto en el escenario del conflicto armado, aunque ese escenario se ha contraído grandemente debido al avance de las fuerzas militares y navales de la Unión.

La necesaria desviación de riqueza y fortaleza de los campos de la industria pacífica hacia la defensa nacional no han detenido el arado, el transporte o el barco; el hacha ha ensanchado los límites de nuestros asentamientos; y las minas, tanto de hierro y carbón como las de nuestros metales preciosos, han rendido incluso más abundantemente que antaño. La población ha crecido firmemente a pesar de las pérdidas en el campo, el sitio y el campo de batalla, y el país, regocijándose en el conocimiento de una mayor fortaleza y vigor, se permite esperar una continuidad de años con un gran aumento de libertad.

Ninguna mente humana ha diseñado ni ninguna mano mortal ha construido estas grandes cosas. Son los gentiles dones del Altísimo que, aunque se molesta con nosotros por nuestros pecados, a pesar de todo tiene muy presente la misericordia.

He creído adecuado y apropiado que tales dones deberían ser reconocidos solemne, reverente y agradecidamente con un solo corazón y al unísono por todo el pueblo americano. Por tanto, invito a mis conciudadanos en cualquier lugar de Estados Unidos y también en tierras extranjeras, a señalar y guardar el último jueves de noviembre próximo como un día de acción de gracias y alabanza a nuestro Padre benefactor que mora en los cielos.

Y les recomiendo que, mientras hacen las ofrendas en justicia a Él debidas por tan singulares salvaciones y bendiciones, también encomienden, con humilde penitencia por nuestra perversidad y desobediencia nacionales, a Su amoroso cuidado a todos los que hoy son viudas, huérfanos, deudos o dolientes de la lamentable lucha civil en que estamos inevitablemente involucrados y que fervientemente imploren la intervención de la mano del Todopoderoso para restañar las heridas de la nación y restablecerla tan pronto como esto coincida con el propósito divino para el pleno disfrute de paz, armonía, tranquilidad y unión.

© Traducción de Alberto Río y Miryam Lindberg

Heritage Libertad
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FELIZ CUBAN THANKSGIVING



Por Esteban Fernández
29 de noviembre de 2013
 
Sin lugar a dudas el Thanksgiving es la costumbre de este país que más nos ha gustado a los cubanos exiliados. Nos encanta esa bella tradición, la hemos aceptados y la hemos agregado a nuestras celebraciones.

Darle Gracias a Dios (aparte de en todo momento) determinado día es algo lindísimo. Bueno, pero si bien, como les dije, nos encanta el Thanksgiving desde el primer momento el pavo desabrido no nos apetece tanto.

Y entonces nos hemos encaprichado en darle sabor cubano al pavo. Es más, hasta la palabra pavo nos suena extraña porque para nosotros eso es guanajo. Y lo primerito que le agregamos al Thanksgiving es LA NARANJA AGRIA.

Y entonces le dedicamos horas a los “apreparos” del pavo. Es decir, le decimos a la esposa: “Mi amor, adoba el pavo igualito que si estuvieras haciendo una pierna de puerco”. Eso es increíble
porque si lo que queremos es que sepa a carne de puerco ¿por qué mejor no compramos y hacemos un pernil y sanseacabó?...

Entonces eliminamos la mayoría de los alimentos con que los americanos rodean al pavo y nosotros le agregamos más o menos los mismos (congrí, yuca, plátanos maduros fritos) que utilizamos el día de nochebuena. Es como si el Thanksgiving fuera un anticipo, una “práctica” de lo que será la cena navideña.

Ustedes no me lo creerán pero hace unos años recuerdo que al Thanksgiving invitaron a un viejo cubano que había quedado viudo recientemente y este me dijo: “Chico, todo estuvo muy bueno, pero se les olvidó servir unos cuantos chatinos”. Yo me quedé un poco sorprendido sin saber que responder porque yo no les llamo “chatino” sino “plátanos verdes a puñetazos”...

Los cubanos que hemos enviado a nuestros hijos y nietos a colegios religiosos nos ponemos dichosos ese día porque utilizamos a los muchachos para que digan unas palabras antes que comencemos a comer. Nada me enorgullece más a mí que ver a mis nietos Andre, Jaxon y Lissete levantarse y darles gracias a Dios en nombre de todos los presentes.

A mí personalmente me cae como una patada el Halloween. Eso de los muchachos pedirle caramelos a extraños no me agrada en lo absoluto, pero para mí el día más precioso del año es el Thanksgiving, día donde se reúne toda la familia y se pasan momentos tranquilos, pacíficos, bellos, de confraternidad y de agradecimiento al Ser Supremo.

Si usted me pregunta ¿qué costumbre ajena te gustaría llevar a Cuba el día de mañana cuando seamos libres? Yo creo que no lo pensaría ni un segundo y respondería: el Thanksgiving. Y yo estoy seguro que así será. No tengo dudas de eso, porque si no somos nosotros serán nuestros herederos, los que han nacido y se han criado aquí, quienes con toda seguridad llevaran esa preciosa tradición a tierras cubanas.

Y no me sorprendería (así son las cosas de la vida) que ese día allá en Cuba libre en lugar de “frijoles negros y yuca” se pongan a querer comer el pavo desabrido con “mash potatos”, boniatos de lata y maíz.


Desde luego, allí estaremos nosotros insistiendo en “¡Caballero, échenle más naranja agria, pónganle bastante ajo a ese guanajo, si no lo adoban bien desde la noche anterior no va a saber a nada!”. Y allá veremos a los nietos diciendo: “Don’t worry abuelo, next month, el día 24, abres un hueco en el patio y haces el lechón como a ti te gusta”. A mis lectores les deseo un feliz Thanksgiving cubano.