jueves, octubre 23, 2014

Eugenio Yáñez: Miami: entre la espada y el ébola


 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Desde que Cuba es república, nacida el 20 de mayo de 1902, la medicina en Cuba se ha ejercido, salvo excepciones, con una alta componente humanitaria. Donde los mejores y mejor pagados médicos  antes de 1959  tenían una parte de su tiempo asignado para trabajar con los pobres y faltos de recursos financiero en hospitales públicos, o sea gratuitos, que alcanzaban la cifra de más de 90 en todo el país y en los dispensarios y¨ Casas de Socorro¨. No hablo de la clínicas mutualistas cuyo número era superior a 200 en todo el país. Cuba antes de la Revolución tenía una tasa de médicos por habitantes casi el doble que la que tenían los EE.UU. en la década de los años 5os del pasado siglo. En la Cuba de antes de 1959 la medicina fue vista por muchos médicos como una  profesión de alta responsabilidad social y hasta para algunos como un sacerdocio.  En la Cuba de antes de 1959 la medicina para el personal médico  nunca tuvo como objetivo fundamental el  lucro y  el hacer dinero a toda costa, algo que sí ya en esos años se veía en otros países. Luego la disponsición de estos médicos cubanos es en PARTE heredada del carácter humanitario que tuvo la medicina de la República de Cuba antes de 1959. Por cierto, Cuba fue el primer país en el mundo que tuvo un Ministerio de Salud. Más detalles en  mi ensayo UNA PRIMERA APROXIMACIÓNA LA REPÚBLICA (1902-1958).
La otra componente que motiva al personal médico cubano de la Isla a ir bajo esas indignantes condiciones de no poder regresar a Cuba  si enferman de ébola, pese a que estudiantes africanos  de esos países y otro tipo de  personal viajan a Cuba ( en estos días hay 12 personas de esos países ingresados sospechosamente en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, en La Habana) es el MIEDO  a decir que NO y la DESESPERACIÓN  de resolver de una vez por toda su precaria situación económica al recibir, según noticia no confirmada, casa, carro y miles de dólares mensuales pagados por la Organización Mundial de la Salud. Decir que NO si se les consulta es no poder salir a otras misiones médicas en otros países  que hasta ahora le han resuelto de manera moderada y temporal la situación económica que tienen en Cuba. Habrá algunos que responden  por convicciones  políticas al llamado de la tiranía, pero son una muy pequeña minoría. Además, para no pocos ¨seis meses lo pasa un sapo debajo de una piedra¨; seis meses es el tiempo por el que irán a combatir el ébola. Informo que que médicos de  de otros países van por 4 ó 5  SEMANAS.

Para la tiranía una buena propaganda  como este envio de personal médico a luchar contra el ébola ( por cierto, el Dr. Antonio ¨Tony¨ Castro  Soto del Valle no está entre ellos,  y el objetivo  de establecer relaciones diplomáticas normales con los EE.UU., como si Cuba fuera un país normal, antes de que ¨los históricos¨mueran YA QUE NO CONFÏAN EN LA CAPACIDAD DE  LOS QUE LES SUCEDAN, EN  MANTENER EL PODER, están íntimamente relacionadas junta a otras que ya hemos denunciado en este blog.
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Miami: entre la espada y el ébola

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Llamar “cómplice” del régimen en África al gobierno de EEUU es patético
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Por Eugenio Yáñez
 Miami 
23/10/2014

Patético, sin dudas. Lo mismo que preguntar cómo están tratando en Cuba a los enfermos de ébola. ¿Acaso en la Isla hay algún enfermo reportado que no sepamos?

No tener nada serio que decir parece no ser óbice para quedar callado ante determinadas cámaras de televisión en Miami, ese páramo entre La Habana y Macondo que no queda corto ante ninguno de esos dos parajes y es capaz de expresar insensateces como las mencionadas, y muchas más.

Una malsana costumbre de algunos adversarios del régimen, que en ocasiones florece como el marabú en Cuba, es creer que para rechazar la dictadura no hace falta mantener límites éticos o morales, ni respetar verdades, y que todo lo que se diga está bien siempre que se “denuncie” al castrismo, aunque sea hablando necedades o disparates: actuación al mismo nivel moral de los más repugnantes apologistas del castrismo y la dictadura.
Con tantas cosas que hace mal la tiranía, comenzando por mantenerse en el poder sin consultar la voluntad popular por más de medio siglo, haber destruido hasta los cimientos no solamente la economía, la sociedad, la cultura y la familia, sino incluso la nación cubana como tal, no hay que inventarse “razones” para acusar al régimen que, por mucho que lo proclame y que lo repitan sus amanuenses, nunca será absuelto por la historia.

Me parece muy correcto y positivo que una doctora y profesora cubano-americana que vive en Miami y estuvo en África combatiendo el ébola junto a otros colegas, sea invitada a la televisión, explique sus experiencias, y se reconozca como merece su actitud y su aporte a esta épica batalla por la vida humana.

Simultáneamente, considero bochornoso que, a la vez que se hacía eso con relación a la destacada especialista cubano-americana de Miami, se pretendiera ignorar o silenciar la realidad de los 165 cubanos de la Isla, médicos y enfermeros, que ya en esos momentos se había anunciado que irían a las zonas donde existe la terrible epidemia, y mucho más posteriormente, cuando se supo que un total de 461 médicos y enfermeros cubanos serían enviados a combatir la epidemia en Sierra Leona, Liberia y Guinea Conakry, hecho que convertía a Cuba en el país que más profesionales aportaría a la lucha contra el ébola sobre el terreno.

Limitarse entonces a destacar los peligros que correrían los cubanos al participar en esa epopeya sanitaria —como si el resto de los trabajadores de la salud de otras partes del mundo fueran inmunes al virus— además de distorsionar la realidad, ocultaba un cierto sentimiento bochornoso para algunos en Miami: creer que los cubanos de la Isla son tan tontos, o tan muertos de hambre, que estarían dispuestos a irse al África porque habían sido obligados, cobrarían mucho más de un puñado de dólares, o no tenían noción del riesgo que enfrentarían o el peligro que estarían corriendo. Como si el altruismo y la inteligencia fueran virtudes exclusivas de la Calle Ocho o Flagler, imposibles de encontrar en La Rampa, Pueblo Nuevo o La Trocha santiaguera.

Sin embargo, que no se confundan los sicarios verbales del régimen que abundan por estas páginas: todo lo que he dicho, y lo que me queda por decir, ni justifica ni pretende justificar la brutal dictadura que ha imperado en nuestro país por más de medio siglo, ni ignora toda la demagogia, politiquería y oportunismo del régimen aprovechando la crisis del ébola para presentarse como un gobierno bondadoso y desinteresado, aunque Raúl Castro dijera lo que dijo en la Cumbre Extraordinaria del ALBA en La Habana o Fidel Castro publicara lo que publicó en sus incoherentes reflexiones.

Tampoco pasa por alto la desaforada campaña que los lobbies anti-embargo en Estados Unidos, al servicio de poderosos intereses comerciales norteamericanos (encabezados por The New York Times y contrarrestados por The Washington Post), o de los más bajos y oscuros intereses de la dictadura cubana, han incrementado, aprovechando el desarrollo de la epidemia en África y la participación de los cubanos enfrentándola, para pedir a Obama —casi exigir o hasta chantajear— que premie al régimen “normalizando” las relaciones diplomáticas entre ambos países, retirando a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo, permitiendo viajes ilimitados de turistas americanos a la Isla, y levantando el embargo, para que la dictadura disfrute de créditos, tanto de bancos de Estados Unidos como de organismos internacionales donde la participación americana es básica, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Créditos que, como todos sabemos, no serán pagados nunca, porque los hermanos Castro son lo que en Cuba llamaban “marugas”, esos tipos que no pagan sus deudas.

No estar de acuerdo con las incoherencias de algún que otro Tarzán vertical de Miami no tiene qué llevarnos a los brazos del castrismo, ni viceversa: uno de los grandes dramas de todos los cubanos es vernos siempre en una realidad binaria, donde solamente funcionan el 1 y el 0, y donde si no te ubicas en uno de los dos extremos automáticamente quieren que te ubiques en el otro, olvidando fácilmente las tantas veces que esos contrarios no solamente se acercan, sino que hasta se abrazan.

No vendría mal, entonces, recapacitar un poco más antes de soltar los perros de la guerra en estos temas. Porque si Miami continúa pretendiendo vivir entre la espada y el ébola, y de espaldas a la realidad, sus posibilidades de subsistir como alternativa política en la tragedia cubana serán cada vez más limitadas.

Y algo así solamente le conviene a La Habana
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Ni va el "Dr." Tony Castro ni va la "Dra." Aleida Guevara. Pero seamos justos: el gobierno cubano escasamente puede ser más claro: manda cubanos a arriesgar sus vidas pero no permitirá que regresen a Cuba si cogen el virus. A buen entendedor, pocas palabras 

1 Comments:

At 5:40 p. m., Anonymous Lector 1 said...

Ni va el "Dr." Tony Castro ni va la "Dra." Aleida Guevara. Pero seamos justos: el gobierno cubano escasamente puede ser más claro: manda cubanos a arriesgar sus vidas pero no permitirá que regresen a Cuba si cogen el virus. A buen entendedor, pocas palabras.

 

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